En una interesante charla TED, allá por 2007, Vilayanur S. Ramachandra, neurocientífico y Director de un centro especializado de la Universidad de California, explicó de forma muy amena que la base de la creatividad es la conexión de ideas, conceptos y pensamientos aparentemente inconexos.

La creatividad es mucho más que un rasgo propio de artistas o poetas. Algunos la definen como una habilidad que aumenta las probabilidades de supervivencia en un entorno tan cambiante, exigente e incierto como el actual. Si es así, ¿cómo podemos fomentar nuestra creatividad?
1) Utiliza tus 6 sombreros para pensar. En su libro Six Thinking Hats, Eduard de Bono explicó en 1985 un ejercicio mental que nos transporta por 6 modos de pensar que buscan la originalidad y abandonan los patrones habituales. Cada uno de ellos se identifica con un sombrero de un determinado color: blanco (pensar a partir de los datos disponibles), rojo (dar rienda suelta a la intuición, la reacción visceral y las emociones), negro (pensamiento crítico), amarillo (pensar solo en las ventajas), verde (dejar volar la imaginación a sus anchas) y azul (controlando el proceso de pensamiento como si se tratara de una sesión de brainstorming).
2) Abúrrete. En lugar de concentrarte en la solución a un problema, aléjate del proyecto y deja vagar tus pensamientos mientras haces una tarea rutinaria, incluso aburrida, como fregar los platos. O simplemente haz garabatos. Cuando vuelvas al proyecto es posible que tengas una nueva perspectiva sobre él.
3) Dale la vuelta a tu jornada. Si eres una de esas personas que suelen estar más activa por la mañana, prueba un día a asignar la mayor parte de tu trabajo por la tarde. Y viceversa.
4) Disfruta del proceso. Todos hemos pasado por esos días en los que solo surgen malas ideas y nada parece funcionar. En lugar de caer en el abatimiento, toma una hoja de papel en blanco y escribe todas las ideas que te vengan a la cabeza, por ridículas que parezcan. Recuerda que incluso las obras más magistrales pasaron antes por centenares o incluso miles de borradores desechados.
5) Complica las cosas. Exígete más a ti mismo marcándote unas reglas que restrinjan las condiciones. Por ejemplo, construir un avión de LEGO con un solo tipo de pieza. La creatividad surgirá por pura necesidad.
6) Conócete a ti mismo y lo que te rodea. En última instancia, la creatividad surge del conocimiento de nosotros mismos, lo cual nos habrá de servir para aprovechar al máximo nuestro potencial creativo. Para ello conviene saber también qué personas, entornos y apoyos inhiben o fomentan nuestra creatividad, a qué hora del día nos sentimos más creativos, con qué música o ruido ambiente o con qué herramientas, PC o papel y bolígrafo, lápiz o rotulador.
La creatividad es un activo valioso para nuestro trabajo y para fomentarla existen trucos y consejos. En un futuro avance conoceremos más.
¿Crees simplemente que no eres una persona creativa? ¿Hay empleos que no exigen creatividad alguna? ¿Hay sectores que aprecien especialmente el talento creativo?
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