El empoderamiento de la mujer pasa por aprovechar al máximo sus habilidades y logros. El síndrome del impostor, un fenómeno psicológico caracterizado por las persistentes dudas de una persona en sí misma y por su miedo a ser consideradas un fraude, que afecta incluso a las mejores y más exitosas.
Para superar este síndrome, qué mejor que conocer las experiencias de mujeres emprendedoras que no solo han logrado sus objetivos en el terreno profesional sino que han afrontado inseguridades que, según los estudios, afectan mucho más ellas que a ellos.
1) Romper el silencio. Una forma de combatir el síndrome de la impostora consiste en explicar y compartir la experiencia con otras mujeres que han pasado o están pasando por lo mismo. Qué mejor manera que crear redes de soporte formadas por emprendedoras: servirá para recibir valiosos consejos, estímulo y sensación de pertenencia.
2) Celebrar los logros. Qué mejor manera de dejar patente que se ha conseguido un objetivo que celebrándolo. Fomentar una cultura de celebración es vital para contrarrestar el síndrome de la impostora porque aumenta la confianza y refuerza la convicción en nuestras capacidades.
3) Construir un sólido sistema de soporte. Rodearse de mentoras, coaches y otras personas con una mentalidad similar a la nuestra nos dará el soporte necesario porque creen en nuestro potencial, nos proporcionarán apoyo y orientación.
4) Enfatizar el desarrollo de habilidades. El miedo a la falta de aptitud o de conocimientos es a menudo el origen del síndrome. La inversión en la formación continua y en el desarrollo de habilidades permite impulsar la confianza y combatir la desagradable sensación de la impostura.
5) Practicar la autocompasión. En lugar de apesadumbrarnos por nuestros errores o fallos, reales o aparentes, aprendamos a reconocer nuestra condición humana y a comprender que los reveses forman parte de nuestra trayectoria como emprendedoras. En una conocida conferencia TED, Brené Brown dijo: “La vulnerabilidad es el germen la innovación, la creatividad y el cambio”.
6) Aplicar una mentalidad de crecimiento. En línea con el punto anterior, la mujer emprendedora ha de ser capaz de reformular su punto de vista sobre errores y fallos, y considerarlos como una valiosa lección que será útil en el camino del éxito. Este libro de Carol Dweck lo explica muy bien.
3 de cada 4 mujeres que ocupan puestos ejecutivos han sufrido el síndrome de la impostora. Percibir un salario más bajo que ellos y estar sometidos a condescendencia hace que tengan menos fe en sí mismas. Potenciar las habilidades y encontrar el apoyo de quienes lo han superado con éxito nos ayudará a concentrarnos plenamente en el éxito de nuestro esfuerzo.
¿Qué actos de condescendencia masculina son más frecuentes? ¿Ha mejorado o empeorado en los últimos años el entorno para las mujeres emprendedoras? ¿Qué actitud ayuda a combatir mejor el síndrome de la impostora?
Deja una respuesta