La seguridad digital debería ocupar la máxima prioridad en todas las empresas, incluidas las más pequeñas. Los ciberdelincuentes no descansan y aplican técnicas cada vez más sofisticadas para acceder a nuestros datos.
Sin embargo, muchas empresas de pequeño tamaño cometen el error de descuidar su seguridad, de ahí que aumente la frecuencia con la que sufren unas consecuencias cada vez más graves. Algunos errores son muy comunes.
1) No formar a los empleados sobre ciberseguridad. Los empleados pueden ser el eslabón débil, de manera no intencionada, al abrir archivos infectados o compartir información confidencial. Otros problemas habituales son el uso de contraseñas débiles y ataques de phishing, es decir, el acceso por parte de los empleados a enlaces maliciosos. Es primordial que toda la plantilla reciba formación para evitar contraseñas débiles y reconocer estafas de phishing. Además, la ingeniería social puede llevar a revelar información sensible, por lo que la educación continua es clave para la protección del negocio.
2) No actualizar el software a tiempo. Hay que hacer caso a las notificaciones de actualización de software: las versiones no actualizadas representan un riesgo considerable para la ciberseguridad ya que los hackers buscan activamente vulnerabilidades para acceder a sistemas o datos. Mantener actualizado todo el software, incluido el utilizado en la web, es fundamental para minimizar este riesgo. Configurar actualizaciones automáticas garantiza una protección continua, evita demoras y asegura que el sistema esté siempre protegido frente a posibles ataques externos.
3) Infravalorar la importancia de la seguridad móvil. Una excelente seguridad en los equipos de sobremesa no es suficiente ya que también existen riesgos significativos si los empleados utilizan dispositivos móviles. Está muy extendido el de smartphones, tablets y laptops sin medidas de seguridad adecuadas, por lo que la empresa puede verse expuesta a malware, robo de datos y acceso no autorizado. Implementar soluciones de gestión de dispositivos móviles como SOTI MobiControl, VMware AirWatch o IBM MaaS360 es esencial, junto con formación orientada a un uso seguro de las redes con el fin de evitar riesgos al acceder desde redes no seguras.
4) Olvidarse de la seguridad cuando un empleado deja la empresa. Una de las mayores amenazas para la ciberseguridad de las empresas surge cuando los empleados se van. Anular su acceso a los sistemas puede resultar difícil y, si el empleado está resentido, puede usar su acceso para dañar el sistema, robar datos o interrumpir la actividad. Por eso es necesario contar con sistemas que aseguren la rápida eliminación de las credenciales de los antiguos empleados en los sistemas informáticos. Hay herramientas que lo facilitan, bloqueando el acceso a datos y aplicaciones, y optimizando los servicios de soporte
5) Carecer de un plan de respuesta. Por muchas medidas que se tomen con antelación, siempre es posible sufrir un ciberataque. Por tanto, la empresa debe estar lista para hacer frente a cualquier incidente de ciberseguridad y para eso hace falta un plan de respuesta que minimice el impacto. El plan se debe caracterizar por una comunicación efectiva acerca del incidente, procedimientos para aislar los sistemas afectados y medidas para eliminar la brecha y recuperar datos perdidos, ya sea internamente o con la ayuda de proveedores externos.
Trabajamos en un entorno digital que debe ser debidamente protegido a todos los niveles. Están en juego nuestros ingresos y, en el fondo, nuestra propia reputación.
¿Crees que tu empresa está bien protegida frente a ciberataques? ¿Qué formación reciben tus empleados sobre ciberseguridad? ¿Has sufrido algún ciberataque?
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