Los tópicos están hechos de materiales muy frágiles, como prejuicios, lugares comunes y sobreentendidos. ¡Vamos a desmentir uno de ellos! Y es que para abrir un negocio la juventud no solo es secundaria la edad del emprendedor, sino que, de hecho, tener entre 40 y 60 es lo ideal.
Así lo afirma y argumenta un artículo de Inc., el cual refleja los sorprendentes – y perfectamente objetivos – resultados obtenidos en un estudio realizado nada menos que entre 2,7 millones de startups.
La investigación ha sido realizada por la Oficina del Censo de EE.UU. y por dos profesores del prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) entre los 2,7 millones de empresas de todos los sectores que fueron creadas entre 2007 y 2014 que hayan contratado como mínimo a un empleado. Un filtro muy significativo porque contribuye a dejar de lado a oportunistas y empresas “fantasma”.
La conclusión más llamativa es que, en el caso específico del sector tecnológico, la edad media del fundador o fundadora de la empresa fue de 45 años. En efecto, la edad no solo es un obstáculo sino todo lo contrario: a más edad, más probabilidades de supervivencia de la empresa. Así, un negocio establecido por una persona de 50 años tiene ante sí el doble de posibilidades – 2,2 veces más, para ser exactos – de ser exitosa que si tras la iniciativa se encuentra alguien de 30 años.
La comparación entre personas de 40 y 25 años da como resultado un factor 2,1, mientras que entre una persona de 50 años y otra de 25 el factor es aún mayor: 2,8. Entre 60 y 30 años el factor sube aún más hasta llegar a 3.
¿Pero por qué? El socorrido tópico y la pura intuición nos dicen que el sector tecnológico es eminentemente joven, más de hecho que cualquier otro. El principal motivo que explica lo contrario reside en la diferencia entre las ideas y su ejecución, que al fin y al cabo es lo que determinará la viabilidad. Para ello hace falta estrategia, pero también táctica, es decir, poner en práctica esas magníficas ideas.
Ejecutar un plan, desarrollar una estrategia y tomar decisiones tácticas resulta mucho más difícil cuando la experiencia es escasa. Se dice, y es muy cierto, que es muy importante saber qué no sabemos, y para eso hace falta experiencia, sobre todo en liderazgo. Cuanta más experiencia, más aptitudes, más contactos y mayor grado de especialización, mejor.
Por tanto, a quienes tengan 40, 50, 60 años o más ¡adelante! Están en la mejor edad para emprender con éxito.