
La lengua inglesa, tan dada a acuñar nuevos términos en el mundo de los negocios, nos obsequia con “co-opetition”, una mezcla de “colaboration” y “competition”. La definición sería algo como “colaborar con un competidor para alcanzar un objetivo común”. Como señalan los autores de un largo artículo aparecido en Harvard Business Review y que dividiremos en dos avances, no todas las compañías se sienten cómodas en este tipo de situaciones, lo que implica, afirman, perder las prometedoras oportunidades que presenta esta situación.
¿Es posible establecer un marco con el que decidir si llevar adelante la colaboración o no? Definirlo es precisamente el objetivo de este texto. Cuando es una herramienta utilizada por Apple y Samsung, DHL y UPS o Google y Yahoo, todos reconocidos pares de rivales, no nos podemos permitir no conocerla, o, más aún, no saber cuándo y cómo utilizarla.