
Todos queremos saber qué ocurrirá en el futuro, pero lo cierto es que es imposible, al menos con un mínimo de certeza. Sin embargo, renunciar a pensar en el futuro, preverlo y elaborar planes para cumplir los objetivos marcados son lujos que un líder no se puede permitir, tal como explica un artículo de Inc.
Conocer el futuro se presenta especialmente complicado en estos tiempos de cambios rápidos y paradigmas puestos en entredicho: lo que ahora está vigente y consolidado puede haber quedado obsoleto en poco tiempo. Con todo esto en mente, ¿cómo puede un líder o un emprendedor hacer planes pensando en la próxima década?