Las oficinas abiertas han sido las dominantes porque iban a fomentar la colaboración y la socialización entre los diferentes departamentos de la empresa, pero en muchas de ellas no ha funcionado. ¿Por qué? El concepto abierto ha demostrado ser demasiado simplista e inadecuado para acoger los diferentes tipos de entornos que coexisten en el lugar de trabajo, de ahí que muchos expertos no duden en calificarlo como un fracaso.
¿Y ahora qué? Las soluciones híbridas y a medida se apuntan en líneas generales como la tendencia más acentuada, algo razonable teniendo en cuenta que cada empresa es única y sus necesidades también son exclusivas. Más aún en estos tiempos de readaptación y replanteamiento de elementos tan consolidados hasta antes de la pandemia como la presencia física.