Los mandos intermedios sufren las consecuencias de una sempiterna escasez de inversión en el desarrollo de liderazgo, pese a que sus responsabilidades han ido en aumento. Los mandos intermedios suelen afrontar una carga de trabajo elevada y falta de apoyo, de ahí que no sea extraño el aumento en la búsqueda de nuevos empleos en comparación con otros empleados.
