Conseguir clientes recurrentes, fieles, leales, que no dejen de consumir los productos o servicios ofrecidos es uno de los objetivos más obvios de cualquier empresa. Desde los primeros tiempos del marketing, las recompensas por esta fidelidad han sido una constante, y en muy diversas formas: desde cupones descuento exclusivos hasta viajes, pasando por todo tipo de regalos.
En una época en la que invertir bolsa se está convirtiendo en algo cada vez más habitual (ya más de la mitad de los estadounidenses lo hacen) tiene sentido plantearse si existe una relación entre poseer acciones de una empresa y consumir sus productos. Esto es lo que ha estudiado un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia, y las conclusiones son de lo más esclarecedoras.