A todos nos ha sucedido: nos unimos a una red (un grupo de LinkedIn, por ejemplo) atraídos por propósito, cuando no directamente por su nombre si no hemos investigado un poco. Pero lo cierto es que, según explica David Ehrlichman en un artículo de CEO World, seguir siendo parte de un grupo depende de quién está en él. El quién es tan importante como el porqué.
Una red no es más que un conjunto de relaciones, de ahí que las redes que triunfan lo hacen porque facilitan la conexión entre sus miembros, a menudo de diversas formas. En esas redes disponemos de la posibilidad de conversar en privado, compartir eventos o mantener al resto actualizado de nuestra actividad relacionada con el grupo, entre otras posibles opciones.
De entre todas las posibilidades que ofrece la red nada sustituye a los encuentros, esas oportunidades de reunir, en línea o en persona, a los miembros de la comunidad. Son los momentos clave del grupo entero, motor de crecimiento y lugar de toma de decisiones críticas para su futuro. Y aunque cada encuentro tiene sus particularidades dependiendo del tipo de red y sus necesidades, David presenta una lista de estrategias comunes a todas que contribuyen a su éxito: