Resulta complicado organizar las tareas debidamente y a un ritmo aceptable cuando uno es responsable de todo; es decir, para un autónomo. Pero en absoluto es una misión imposible como nos recuerda Gwen Moran en un artículo de Fast. Moran es escritora, autora y creadora de Bloom Anywhere.
A los trabajadores independientes a menudo les resulta difícil declinar un trabajo o expresar dudas sobre su aceptación pese a que la mitad de ellos reconocen que su trabajo ocupa una parte demasiado grande de sus vidas. Conviene, por tanto, trazar unos límites para proteger la salud física, mental… y del negocio. Veamos cómo: