Tom Braithwaite, un brillante colaborador de Financial Times, nos obsequia con su visión desde “The Top Line”, su columna semanal. En esta ocasión escribe sobre la creciente tendencia a la denuncia pública por parte de los trabajadores que dejan airados sus empresas por razones normalmente éticas.
Y lo hace desde una perspectiva muy original: las estrategias (fallidas) de las compañías afectadas ante estas situaciones. Vamos a ver qué hacen esas compañías cuando sale a la luz pública algún aspecto desagradable que “confiesa” un antiguo colaborador y por qué estas estrategias están condenadas a fracasar, con ejemplos reales y recientes.