En un equipo, en los negocios y en todos los aspectos de la vida, como sabemos desde los antiguos griegos, se requiere equilibrio. El empoderamiento de los empleados es una excelente herramienta que mejora la eficiencia, la innovación y la retención de talento pero por sí mismo, sin otras medidas equilibrantes, no es suficiente.
Un buen líder de equipo dedica una buena parte de su jornada laboral a equilibrar: riesgos frente a beneficios, esfuerzos y recompensas o ahorros frente a inversiones, por nombrar solo algunos ejemplos. Un artículo de Entrepreneur analiza uno de los equilibrios más delicados a los que se enfrenta: empoderamiento y responsabilidad. Como nos adelanta Mark Frissora, su experimentado autor, un amplio empoderamiento que no vaya acompañado de la correspondiente responsabilidad puede ser “desastroso”.