Seamos sincero, decir “no” es a menudo complicado. Más aún cuando hay que darlo como respuesta a un cliente. Pat Giles explica en Fortune la “inmensa recompensa” que supone desterrar esa palabra del diccionario creativo. Veamos por qué.
Para empezar, podemos afirmar que crear es algo mágico: se forma algo desde la nada. Y como buena magia, tiene sus palabras mágicas, que funcionan con clientes, managers o compañeros de trabajo. Pero no hablamos de un hechizo que lo arregla todo sino de una palabra con una capacidad destructora inigualable: “no”.