Las interacciones directas con “malos jefes” puede ser traumática, pero muchas veces el problema afecta a más de una persona: los estudios demuestran que el comportamiento abusivo, especialmente cuando es protagonizado por los líderes de las empresas, genera un clima de abuso generalizado.
Ante semejante problema, las organizaciones pueden elaborar entornos de trabajo que luchen frente al abuso a través de: