Supongamos por un momento, a lo mejor es el caso, que hemos vendido nuestra empresa por mucho, mucho dinero. O que hemos acumulado una fortuna trabajando para una startup que se ha disparado al salir a bolsa. Cualquiera que sea la razón, nos enfrentaremos a lo que Harold Pollack, autor de un libro además del artículo en Inc. que recomendamos sobre este punto, llama el problema final de los privilegiados: ¿qué hago con todo este dinero?
Sigamos suponiendo. Que queremos conservar capital suficiente para toda la vida; no se trata de obtener ideas de cómo gastarlo, sino de manejar adecuadamente situaciones como la de ese amigo que nos pide ayuda o ese otro que nos ofrece una oportunidad de inversión con todo el entusiasmo del que cree tener una gran idea entre manos.
Harold reduce sus consejos a estos nueve que, en cualquier caso, haríamos bien en anotar por si acaso: